29 años después, la radio ya no es igual… pero yo sigo hablándole a un micrófono
Una reflexión personal sobre mi lugar en la radio actual

La radio que me enamoró en los 90 ya no existe. Esa radio era arriesgada, libre, impredecible… y si hoy empezara mi carrera, no sé si la radio actual me abriría la puerta.
En esos años la radio era magia pura. Había riesgo, creatividad, espacio para equivocarse. Podías decir algo al aire y sentir la reacción de la gente en tiempo real. Era conversación, era comunidad, era tu voz acompañando a miles de desconocidos que se sentían como amigos.
Hoy… la radio es otra cosa. Es más rápida, más visual, más medida.
La competencia ya no es solo la estación de enfrente: es todo lo que cabe en un celular. Y el público… el público cambió sus hábitos. Ya no espera a que le pongas la canción de moda, porque ya la tiene en Spotify. Ya no aguanta comerciales largos, porque YouTube se los salta. Ya no escucha la mañana entera porque vive en modo multitasking. Hoy, el radioescucha ya no tiene que esperar en su auto hasta que el locutor termine de contar la historia. Ahora le pone pausa a su podcast favorito.
La mayoría de los chavos Generación Z no sabría identificar un aparato de radio. Para esta generación, un podcast es radio, una plataforma de music streaming es radio.
Entonces… ¿por qué sigo aquí?
Porque la radio todavía tiene algo que ninguna plataforma puede imitar: la conexión humana en vivo. Cuando enciendo el micrófono, no estoy leyendo un guion de TikTok ni haciendo video para Instagram. Estoy hablando con alguien que va manejando, que está trabajando, que está empezando su día… y esa relación es única.
Sí, la radio ya no es igual. Pero yo tampoco soy el mismo.


Aprendí que para seguir vivo al aire hay que reinventarse: meterle humor, opinión, honestidad y hasta incomodidad si hace falta. La radio de antes me hizo… y la de ahora me reta todos los días. Aunque ya no me entusiasme igual.
No te voy a mentir, a veces pienso que sería más sencillo adaptarme al ruido que ya existe en las plataformas modernas… pero eso no sería yo. Porque mi historia, mi oficio y mi pasión nacen aquí: con un micrófono, una idea y alguien al otro lado escuchando.
Y si el juego cambió, pues yo también juego diferente. Pero sigo jugando.
Y 29 años después… todavía tengo algo que decir.
Nos escuchamos pronto.