Hollywood nos olvidó, pero TikTok nos hizo famosos
El boom de TikTok: el influencer latino encuentra su propio escenario, sin permisos ni castings
Argonautas, hace rato que en el show de la radio tengo una pregunta recurrente: ¿Dónde está la representación latina en el cine y la televisión de los Estados Unidos? Pareciera que los productores de Hollywood ya ni intentan buscar al próximo Antonio Banderas o a la próxima Sofía Vergara.
Y para colmo, la última película de Jennifer López, El beso de la mujer araña, ha sido una verdadera pesadilla en taquilla. Hasta el momento en que escribo esta columna, la película ha recaudado alrededor de 1.5 millones de dólares en Estados Unidos.
Esta cifra es muy preocupante, porque si una superestrella mundial como JLo no puede motivar a sus fans a ir al cine, ¿qué esperanza tenemos de que los productores de Hollywood apuesten por nuevo talento latino?
Pero últimamente me he dado cuenta de algo: mientras Hollywood se duerme con el talento latino, hay una plataforma que apenas despierta… y está lucrando con las nuevas “estrellas” del contenido en español: TikTok.
Según DataReportal, en un reporte publicado en enero de este año, en México más de 93 millones de personas usan redes sociales. Otro dato todavía más interesante: cada persona pasa más de tres horas diarias scrolleando, y si contamos todo el tiempo en línea, esa misma persona está ¡casi nueve horas al día conectada!
El mismo reporte indica que, en Latinoamérica, el promedio es de tres horas y media. En Estados Unidos, el 85 % de los adultos hispanos usa al menos una red social, y la mitad de los jóvenes latinos dice estar “casi constantemente” en línea.
Y si algo saben los productores en La La Land, es invertir su dinero donde están las masas. Aunque duela decirlo, la cultura de ir a una sala de cine está en decadencia. La televisión en vivo tiene un pulso muy débil y, en cualquier momento, puede caer en “código azul”. La radio sigue fuerte en audiencia, pero cada día pierde anunciantes frente a los medios digitales.
A mí no me sorprendería que, en un futuro no muy lejano, los estudios de Hollywood terminen produciendo contenido exclusivamente para una plataforma como TikTok. Y más ahora que el interés económico de TikTok está literalmente en manos de los Estados Unidos. Además, no sería raro que esos mismos productores apuesten por contratar a los influencers más populares de la plataforma. Suena loco, pero no tan descabellado.
Sin embargo, ¿qué hay en TikTok que ya no encontramos en las películas? ¿Qué personaje tiktokero, desde su casa y con una mínima producción en su contenido, puede reemplazar a un actor con el talento y trayectoria de un Diego Luna o un estudio que gasta millones de dólares en sus producciones?
Aquí te presento algunos influencers conocidos de las redes sociales:
Lele Pons, la venezolana que empezó en Vine, sigue haciendo reír a millones con su humor sin fronteras (aunque en estos momentos se ha tomado un descanso de las redes por razones familiares).
En México, Luisito Comunica explora el mundo con su cámara y su acento bien chilango.
Kenia Os pasó de YouTuber a estrella pop y novia de Peso Pluma, sin pedirle permiso a nadie.
En España, Ibai Llanos demuestra que el contenido en español también puede dominar el streaming global.
Y últimamente me he topado con personajes como Cobra, en Argentina, y Mike, de Máquina del Mal Show, en México. Y mira, estos brothers from another mother me entretienen. Su manera absurda de hablar de fútbol es puro espectáculo. Esa rivalidad eterna entre México y Argentina que empieza con “quién tiene mejor jugador” y termina con discusiones sobre “quién tiene mejor país, mejor comida o mejor economía”. Todo tema, excepto fútbol, con muy poco conocimiento de causa.
Y aunque uno se ría, también te hace pensar. Estos tipos tienen millones de seguidores, y sí, son muy divertidos, pero también representan algo nuevo. Las plataformas digitales, o mejor dicho, el algoritmo, los convierte en estrellas porque son personajes que saben entretener, aunque no siempre sepan de lo que hablan.
Estos nuevos “actores de las redes” tienen algo en común: no dependen de un guion ni de un productor.
Su arma secreta es la autenticidad.
Nos leemos pronto.









