La película mexicana de fantasmas que hasta Stephen King recomendó
Vuelven, de Issa López, combina realismo mágico, crítica social y esperanza en una poderosa historia de fantasmas en el México actual
Estamos en temporada de Halloween y su Crítico a Domicilio quiere recomendarles una película que pueden ver en Prime Video. Me refiero a Vuelven (2017), una película de Issa López (México, 1971) que toma distancia de la dimensión escapista que se puede observar en el género de lo fantástico y el horror para hacer una representación política del cine de fantasmas.
A través de una historia cotidiana del México neoliberal que tiene como protagonistas a niños de la calle, huérfanos a causa de la violencia generada por la delincuencia organizada y el narcotráfico, Issa López redimensiona la figura del espectro al hacerlo regresar para hacer justicia en un contexto donde imperan la impunidad y la corrupción generalizada.
Quien puso esta película en el radar del público fue Stephen King, el aclamado autor de novelas de terror, misterio y fantasía, cuando escribió en su cuenta de X (antes Twitter): “Tigers Are Not Afraid (título con el que se conoce la película en inglés), directed by Issa López: this is one terrific film, both tough and touching. Two minutes in it, I was under its spell”.
Vuelven toma como modelo la película de Guillermo del Toro, Crimson Peak (2015), una historia de fantasmas en la época victoriana, pero la diferencia más importante radica en la connotación política que Issa López le da a la irrupción de lo sobrenatural como una fuerza que atiende las demandas de justicia de las víctimas. Para decirlo con las palabras del filósofo Jacques Derrida, en su Espectros de Marx, estamos en presencia de una “justicia espectral”, que no es sino un signo de la crisis de una sociedad. Otra diferencia con la cinta de Guillermo del Toro consiste en que Issa López recurre al realismo mágico para contar esta historia de niños y jóvenes cuyos padres han sido víctimas de desapariciones forzadas. De esta manera, se mitiga el horror de la realidad que vive México.
Lo que pone en juego toda la historia es el deseo de Estrella (Paola Lara) de volver a ver a su madre que ha sido asesinada por el Chino (Tenoch Huerta), un narco-político, jefe de una banda criminal conocida como los Huascas. La madre regresa en forma de espectro con claras huellas de haber sido torturada brutalmente. Frente a la visión de la ‘resucitada’ que intenta comunicarse con ella, Estrella se asusta y abandona la casa para unirse a una pandilla de jóvenes huérfanos, también víctimas de la narcoviolencia, integrada por Shine (Juan Ramón López), Pop (Rodrigo Cortés), Tucsi (Hanssel Casillas) y el Morro (Neri Arredondo). Estrella es un poco mayor que los chicos por lo que asume el papel de líder para defenderse de los Huascas, pues los persiguen porque tienen información que compromete al Chino.
Mencioné que Crimson Peak es una referencia para Vuelven. El filme de Guillermo del Toro es esencialmente un romance gótico, una historia de amor, con la presencia de fantasmas. La historia tiene lugar a fines del siglo XIX. Edith Cushing (Mia Wasikoswka), una aspirante a escritora de Buffalo, Nueva York, contrae nupcias con el baronet inglés Thomas Sharpe (Tom Hiddleston), por lo que se traslada a Inglaterra para vivir en una casona gótica llamada Allerdale Hall, propiedad de su esposo. Ahí deberá enfrentarse a los celos de Lucille Sharpe (Jessica Chastain) y luchar por su vida. Cuando Edith era una niña, su madre ya fallecida (Doug Jones) se le aparecerá en forma de fantasma para advertirle del peligro que correría años después en Inglaterra (“Beware of Crimson Peak”).
La conexión con el filme de Guillermo del Toro es que, de la misma manera que la madre de Edith le advierte del peligro a su hija, la madre de Estrella en Vuelven le hará la misma advertencia para prevenirla de los Huascas. Con todo, la diferencia esencial es la agencia que tienen los fantasmas en la cinta de Issa López. Mientras que en Crimson Peak la madre solo pone sobre aviso a su hija el riesgo que le acecha en el futuro, en Vuelven el fantasma de la mujer asesinada por el Chino exhorta a la hija diciéndole: “Tienes que traerlo a mí, a nosotros”. Estrella cumple con la demanda de la madre. Lleva al delincuente al mismo lugar en donde este solía dejar los cadáveres de sus víctimas para que sean los fantasmas los que se encarguen de hacer justicia.
Y esto tiene, me parece, una explicación que nos llevaría a considerar al estado mexicano como ‘fallido’ por no hacer justicia a las víctimas de la narcoviolencia. Es decir, la imperante impunidad con que operan los criminales en el país tiene que ver con la gran falta de eficacia del estado para cumplir con una de sus funciones esenciales: la de ofrecer seguridad a sus ciudadanos. Por ello, el elemento más significativo del filme de Issa López consiste en la materialización de los ‘resucitados’ para afrontar a los verdaderos monstruos que son los humanos que asesinan y torturan sin piedad alguna.
Debo decir, por último, que Issa López termina su película de una forma optimista con la presencia de un poderoso tigre de Bengala.
Ese enigmático tigre que cobrará vida a partir de la animación de los grafitis que hacen los niños. Al final, se encontrará con Estrella, para infundirle valor. Ahora lo sabemos: el tigre es una metáfora de la esperanza y la resiliencia. Estrella, invencible, sale al campo y se dirige con paso firme hacia el horizonte. Ya no tiene miedo porque los tigres no tienen miedo.
A decir verdad, esta película es una verdadera joya.










