¿Por qué Selena sigue siendo nuestra estrella?
A 30 años de su partida, un nuevo documental revive la historia familiar, el archivo íntimo y la inspiración que Selena dejó en millones de latinas
Este pasado 17 de noviembre se estrenó en Netflix el documental “Selena y los Dinos: El legado de una familia”, dirigido por la mexicoamericana Isabel Castro. Durante aproximadamente dos horas, los espectadores nos sumergimos en la vida de Selena Quintanilla, la reina del Tex-Mex, nacida el 16 de abril de 1971 en Lake Jackson, Texas. Desde muy joven inició su carrera como vocalista de la banda “Selena y los Dinos”.
“Selena sigue siendo el puente que une a la comunidad latina en Estados Unidos.”
Poseedora de una voz grave y poderosa —capaz también de volverse suave y aterciopelada— y de una presencia escénica magnética, Selena fue conquistando el corazón de los latinos en Estados Unidos. Incluso estaba en pleno proceso de “crossover” hacia la audiencia anglosajona cuando llegó el fatídico 31 de marzo de 1995: el día en que fue asesinada en Corpus Christi por Yolanda Saldívar, presidenta de su club de fans. Estaba a pocos días de cumplir 24 años.
La figura de Selena ha generado un enorme capital económico y cultural, tanto en vida como especialmente después de su muerte: millones de discos vendidos, películas y documentales, diseños propios de ropa y accesorios, programas de televisión, musicales, series en Netflix y Telemundo, libros, reportajes, sitios en internet, murales, monumentos, museos y hasta una estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood. Con todo esto, podríamos preguntarnos: “¿Para qué otro documental más sobre Selena?” La respuesta es sencilla: porque es importante seguir cultivando la memoria colectiva de su figura y el significado que tiene para la comunidad latina en Estados Unidos.

El documental se sostiene sobre dos grandes dispositivos. El primero consiste en una serie de entrevistas con las personas más cercanas a la artista: sus padres, Marcella y Abraham; su hermana Suzette; su hermano A.B.; su esposo Chris y otros integrantes de la banda. Todos rememoran los inicios (los bares, los quince años, las ferias, los pequeños gigs) y la trayectoria meteórica que convirtió a Selena en una pionera del boom musical latino que explotó en la década de los noventa.
“La Reina del Tex-Mex no solo hizo historia: abrió caminos.”
Su repertorio abarcaba música tejana, baladas con mariachi, cumbias norteñas y canciones románticas en inglés. Desde el sur de Texas, Selena se convirtió en un fenómeno que logró unir a diversas comunidades latinas del país —mexicanos, cubanos, puertorriqueños, colombianos, salvadoreños, entre otros— y también conquistó públicos en México y Centroamérica. Hoy en día son canciones icónicas “No me queda más”, “Amor prohibido”, “Como la flor”, “Bidi bidi bom bom”, “Fotos y recuerdos”, “Dreaming of You”, “I Could Fall in Love”, entre otras.

El segundo dispositivo —sin duda la aportación más significativa del documental— es el uso de un archivo profundamente rico y variado: recortes de prensa, segmentos de conciertos, fragmentos de noticieros, fotografías, cintas VHS y, sobre todo, películas caseras. Algunas son borrosas o de baja calidad, pero su valor es testimonial, no estético. Muchos de estos materiales —hasta ahora inéditos— pertenecían únicamente a la familia Quintanilla. Nos conmueve ver a Selena cantar de niña en el restaurante familiar en Lake Jackson, y nos estremece contemplar imágenes de su último concierto en el Astrodome de Houston, en 1995. Este archivo íntimo nos ofrece una imagen más cercana, humana y profundamente emotiva de una artista que la cultura popular convirtió en mito.

Muchos argonautas recordarán Selena, la película dirigida por Gregory Nava en 1997. Para elegir a la actriz que interpretaría a la cantante se realizaron audiciones masivas en Los Ángeles, Houston, Nueva York, Chicago, San Antonio y Miami. Más de veinte mil jóvenes buscaron el papel, que finalmente obtuvo Jennifer Lopez, la artista boricua nacida en el Bronx. Su interpretación la catapultó al estrellato y ayudó a consolidar el mito de Selena, trazando su vida, su ascenso y su muerte. Isabel Castro, en cambio, pone el énfasis en la vida, en el legado, en la familia y en el archivo personal para resaltar que Selena y Los Dinos fueron, ante todo, una gran familia musical inscrita en una comunidad texana-mexicana que los acompañó fielmente.
El documental servirá para dar a conocer la figura de Selena a las nuevas generaciones en 2025, treinta años después de su partida física. Porque sigue siendo una fuente de inspiración para las jóvenes latinas que luchan por alcanzar sus metas. Si Selena pudo conquistar un género musical tradicionalmente masculino, el Tex-Mex, otras latinas pueden atreverse a cumplir sus sueños: ser artistas, abogadas, empresarias, educadoras, cineastas, doctoras o incluso presidentas de la nación. Netflix llevará su historia a una audiencia global y seguirá inspirando a jóvenes de otros países.
“Su legado musical y cultural no tiene fecha de caducidad.”
Quisiera cerrar con una anécdota personal. El día de la muerte de Selena jamás imaginé que, semanas después, estaría frente a su tumba. Poco después de su fallecimiento, la Universidad de Texas A&M en Corpus Christi me invitó a una entrevista como candidato a un puesto de profesor de literatura latinoamericana. El último día de mi visita, uno de los profesores del campus pasó por mí al hotel para llevarme al aeropuerto. Al subir al coche me dijo: “Quiero mostrarte un lugar muy especial. Será rápido; no perderás tu vuelo.” Enfiló el automóvil hacia el Seaside Memorial Park y, minutos después, caminábamos en silencio entre los sepulcros.

Nos detuvimos frente a una tumba sencilla con una lápida negra y una sola palabra grabada: “Selena”. Hoy ese sitio modesto se ha transformado en un mausoleo. Mi anfitrión no podía ocultar su profundo dolor. Al verlo, me conmoví. Entendí que él, como tejano de origen mexicano, buscaba tender un lazo conmigo —otro mexicano que llegaba a Estados Unidos a estudiar y trabajar, y que todavía no conocía del todo a la artista tejana. Frente a su tumba me pregunté: “¿Quién es Selena?” Hoy lo sé: Selena ha sido, y seguirá siendo, un puente que entreteje vínculos afectivos entre las diversas comunidades latinas que vivimos en Estados Unidos.
Por eso sigue siendo nuestra estrella.
Cada semana, Chava Chávez llega a los Argonautas con Crítico a Domicilio. Historias y análisis bajo una premisa: el cine es mejor que la vida.








